La introducción de los agrios en España

  En España, el naranjo está presente desde el siglo VII, aunque no es descartable que se conociera con antigüedad dadas las relaciones existentes con Italia donde, se sabe de su existencia varios siglos antes. La posibilidad de su presencia en las Islas Baleares durante el siglo V ha sido también contemplada, sobre todo porque parece probable que los agrios  llegaran a la península Ibérica, desde Italia, a través del Mediterráneo. El naranjo amargo y el limonero llegaron de manos de los árabes en el siglo XI, a través de Africa y procedentes de Arabia. Del naranjo dulce se desconoce cúando y cómo fue introducido en España y no existe ninguna referencia anterior al siglo XVI relativa a esta especie, sin embargo existen fundadas razones para creer que su presencia se remonta a mediados del  siglo  XV, introducido por los genoveses a través de sus rutas comerciales con Oriente. En efecto, Herrera en su tratado de Agricultura General, publicado en 1513, dedica un capítulo a los naranjos y limoneros, lo que prueba que en sus tiempos el cultivo de estas especies era ya conocido. El mandarino se introduce en España mucho más tarde. En 1845, el conde de Ripalda promueve, a través de la sociedad económica de Amigos del  País, la aclimatación de injertos en Valencia. Pero no es hasta 1856 que se inicia su cultivo a partir del material vegetal importado a la Plana de Castellón por D. José Polo de Bernabé procedente probablemente, de Palermo, Génova y  Niza, donde se conocía su cultivo. Finalmente el pomelo ha sido muy recientemente introducido en España. Las primeras plantas de las que se conocen su presencia eran de la variedad Marsh y fueron importadas por la Estación Naranjera de Levante, en 1910 desde Estados Unidos.